martes, 18 de abril de 2017

Estímulo que trasciende

La emoción corrió por mí cuando este lunes me entregaron el Reconocimiento por los 40 años de labor ininterrumpida en el Partido, entre el grupo de 100 cuadros y trabajadores de la organización política.

Me sentía una persona cargada de experiencia laboral, bajo la disciplina y las enseñanzas de la organización rectora de la sociedad en Cuba, lo cual repetían los amigos al felicitarme.
Las motivaciones llegaron a su máxima expresión cuando Ariel Santana Santiesteban, miembro del Comité Central y primer secretario del Partido en la provincia, me entregó el diploma en medio de felicitaciones, sonrisas y apretones de manos.
Entre los estimulados solo me ganaba en tiempo con 45 años, Oscar Góngora Jorge, jefe de Redacción del periódico 26, y de cerca me seguían con 35 la periodista Graciela Guerrero Garay y el administrador Ramón Ocho Almaguer, los cuatros pertenecientes al mismo medio de prensa.
Durante el significativo acto, no dejaba de repasar mentalmente la larga trayectoria, siempre bajo los cánones del periodismo revolucionario y comprometido con los principios de la Patria.
Los reflejos de momentos felices del trayecto particularizaban en instantes cuando recibí el premio por la obra de la vida Rossano Zamora Paddín y otros lauros individuales como los parecidos certificados cuando acumulé 35, 30, 25, 20, 15, 10 y  5. También cuando me entregaron estímulos ganados por el colectivo del Periódico.
Entre tantos recuerdos del camino andado pensaba que sería el último estímulo de este tipo, porque en los oídos me susurra la jubilación.

Cualquiera de las circunstancias que me depare el resto de tiempo, siempre llevaré la enseñanza de haber cumplido bien la obra de la vida como lo sentenció José Martí.

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